Los derivados de los fibratos constituyen una serie de medicamentos con propiedades para disminuir los triglicéridos. Están indicados en casos de dislipemias en la diabetes y siempre deben de estar prescritos y supervisados por el médico.
Estados Unidos y Canadá los únicos medicamentos de esta familia que se pueden obtener con prescripción médica son el gemfibrozil y clofibrato, mientras que en Europa se usa ampliamente bezafibrato, fenofibrato y ciprofibrato.
Aumentando la actividad de las lipoproteínas con derivados de los fibratos
El mecanismo de acción es mediante un aumento de la actividad de la lipoproteína lipasa, un descenso de la síntesis hepática del VLDL y por un mecanismo aún desconocido, aumenta el catabolismo de las LDL. También se elevan los niveles de HDL-C concomitantemente a una reducción de los triglicéridos.
Se asocia el uso de gemfibrozil con una disminución de la mortalidad cardiovascular, especialmente en pacientes con cifras elevadas de los triglicéridos.
En la diabetes tipo II el gemfibrozil reduce los triglicéridos y aumenta los niveles del HDUC, la magnitud de este efecto del HDL es proporcionalmente inverso a su concentración inicial. Desgraciadamente los efectos beneficiosos quedan enmascarados con los aumentos concomitantes.
El efecto secundario más frecuente relacionado con la toma de gemfibrozil son de tipo gastrointestinal. Un aumento de los enzimas hepáticas han sido descritos ocasionalmente en pacientes tratados con gemfibrozil.
Por ello debería practicarse perfiles hepáticos seriados. El gemfibrozil incrementa la litogenicidad biliar, pero la importancia clínica de este hecho es desconocida. La “Food and Drug Administration” acepta el gemfibrozil para el tratamiento de los pacientes con hipertrigliceridemia o en una hiperlipidemia combinada.
Su capacidad para disminuir los niveles de LDL-C es muy pobre y no es un medicamento ideal para el tratamiento de la hipercolesterolemia aislada.
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