El cuidado de la piel en los diabéticos es fundamental, ya que su piel es más susceptible a infecciones, heridas, cortaduras y lesiones.
Con los años de padecer la enfermedad, la circulación de la sangre en las venas y arterias está disminuida y la defensa de los tejidos que la forman, epidermis, dermis y tejido subcutáneo está disminuida, así como la restauración y formación de piel nueva después de un traumatismo. Por lo anterior, su cuidado es de primordial importancia.
Debe vigilarse el estado de salud de la piel y faneras (uñas, cabello, vello corporal) todos los días y el cuidado principal es evitar que la piel se seque por la disminución natural de la humedad que se presenta en los diabéticos de varios años de evolución, principalmente en la mitad inferior del cuerpo, debido también a que los nervios superficiales que controlan la función de las glándulas sudoríparas de la piel están alterados o dañados y se pierde la capacidad de evaporación de agua para mantenerla con una humectación suficiente.
La sequedad que se produce disminuye su resistencia a los traumatismos y las infecciones por microorganismos como las bacterias y hongos.
Con el paso del tiempo la resequedad de la piel en los miembros inferiores, principalmente, hace que se resquebraje, facilitando la invasión de los gérmenes citados en los pliegues e intersticios cutáneos de los pies.
Entonces la persona que padece diabetes debe conocer la necesidad de mantener la piel de todo el cuerpo y principalmente la de los pliegues naturales como las axilas, las ingles y los dedos limpios y bien humectados.
El baño diario es indispensable y luego secar cuidadosamente la piel de todo el cuerpo. La aplicación de cremas o lociones lubricantes, apenas lo necesario para humedecer, es una sana precaución.
Las personas ancianas requieren de la ayuda de un familiar o persona que las cuida tanto para secar correctamente la piel o humectarla.

Deben cortarse periódicamente de manera que no crezcan demasiado ni tampoco cortarlas en exceso de manera que pierdan su función defensora. Es conveniente utilizar tijeras especiales.
En los diabéticos de edad avanzada o con bastantes años de serlo, es conveniente que sea una personada especializada en cuidados de los pies quien se las corte.
En todo caso debe dejarse un borde de tres a cinco milímetros y cuidar que los bordes queden en ángulo recto. También limpiar con cuidado debajo de la uña para quitar residuos de suciedad.
Debe tenerse en cuenta que la velocidad de crecimiento de las uñas varía en las personas, en consecuencia la frecuencia del corte. Aplicar soluciones endurecedoras puede ser útil, siempre y cuando no se apliquen en la piel del dedo.
Con los cuidados descritos anteriormente, es difícil que crezcan los hongos o bacterias que infecten la piel y las uñas. Si a pesar de ello aparecen manchas amarillentas u oscuras que hagan sospechar infección, deben extremarse los cuidados higiénicos de limpieza y aplicar una loción o crema específica que recomiende el médico tratante.
En ocasiones es necesario recurrir a la toma de medicamentos específicos, cuya administración requiere del cuidado de la función del hígado y los riñones porque generalmente deben darse por períodos de semanas o meses.
La aplicación de cremas o lociones que fortalezcan la piel puede ayudar a evitar las infecciones por gérmenes como hongos y bacterias, Las lociones o cremas con colágeno son muy beneficiosas porque humedecen la piel, proporcionándole sustancias naturales que la alimentan.
El calzado que se utilice es fundamental para prevenir heridas.
Con mucha frecuencia las personas diabéticas dañana sus pies por el uso de zapatos inadecuados. Actualmente las Enfermeras y Médicos tratantes tienen a su disposición zapatos especialmente diseñados para pies diabéticos.
En caso de existir una herida superficial en los pies, el primer cuidado es lavarla cuidadosamente con jabones bactericidas y secarla cuidadosamente.
No aplicar desinfectantes fuertes como el mertiolate, soluciones de yodo, alcohol. Lo importante es limpiar la herida diariamente, lavándola cuidadosamente con un jabón suave y si es necesario, por indicación de Profesionales Médicos, aplicar una pomada o ungüento bactericida.
El profesional en medicina valorará la necesidad de utilizar tratamientos de debridación quirúrgica para curar la herida, según sea su naturaleza o complicaciones.
Si se mantiene una buena higiene personal y se le presta atención a los consejos anteriores, el paciente diabético se garantiza que su piel esté bien cuidada y se evita complicaciones en su salud.
Me gustaría recibir recetas bajas en grasas y que sean para diabéticos. Soy nueva en esto y me da stress porque no consigo muchas cosas sugar free, están escasas