Comenzaremos diciendo que la palabra “Síndrome” la define para la medicina, la Real Academia Española como “el conjunto de síntomas característicos de una enfermedad, aunque no necesariamente todos ellos”. En la práctica, en las últimas décadas se le agregó el adjetivo “metabólico” para describir el conjunto de anormalidades o trastornos del metabolismo que se presentan en el ser humano por diferentes causas. El metabolismo es el conjunto de las funciones bioquímicas y fisiológicas que definen el estado de vida.
En un principio se denominó “Síndrome X” posiblemente porque no se conocían en detalle las causas de los trastornos que lo producían. Con el paso de los años y los progresos de la investigación médica se fue circunscribiendo el concepto al actual, que es sinónimo de “Resistencia a la Insulina” factor de riesgo muy importante para la Enfermedad Cardiovascular y Diabetes Tipo 2, enfermedades a las que se agregaron después, la Hipertensión Arterial, las Dislipidemias o alteraciones de las grasas de la sangre como el colesterol y los triglicéridos, la obesidad y la disfunción endotelial.
A su vez, la obesidad es el aumento anormal de peso por acumulación de grasa en el organismo y la Disfunción Endotelial, la inflamación de la capa más interna de las arterias y venas, que favorece, en conjunto con los otros elementos citados, su engrosamiento, produciendo el estado de endurecimiento arterial con la consecuencia perjudicial de Arterioesclerosis con enfermedad Hipertensiva y Trombosis Arteriales.
La obesidad en primer término, lleva a resistencia a la insulina y comienza el círculo de condiciones que producen el Síndrome Metabólico y se le coloca en primer lugar porque acompaña desde un principio su formación, con el agravante de que aumenta con los años, a menos que la persona obesa se someta a un régimen adecuado de alimentación, baje de peso y haga ejercicio físico regularmente.
Lamentablemente si no es así, se desarrolla la Diabetes Mellitus, que junto con la obesidad, son las epidemias más extendidas e importantes que sufre en la actualidad la humanidad en los países desarrollados y en vías de desarrollo, dentro del conjunto de padecimientos conocidos como Enfermedades Crónicas No Transmisibles (Obesidad, Diabetes tipo 2, Cáncer y Enfermedades Respiratorias Crónicas, principalmente).
El Síndrome Matabólico es un serio problema de Salud Pública, cuya prevalencia aumenta año con año, consecuencia de lo anteriormente descrito. Aún en estos días, no hay acuerdo final en su definición, pero sí hay consenso en los daños corporales que producen sus constituyentes.
Lo más importante es entender que en la gran mayoría de los casos, el Síndrome comienza con la obesidad, se agrega la resistencia a la acción de la insulina, la cual no puede disminuir con facilidad los niveles de glucosa en el hígado, los músculos y la grasa corporal, lo que termina en Diabetes Mellitus tipo 2 y aparece la presión arterial elevada y se dañan las arterias del corazón, los riñones, el cerebro y en fin, de todo el cuerpo como consecuencia de la elevación del azúcar en la sangre y las anormalidades en las grasas, colesterol y triglicéridos. Desde luego, curar a todo el Síndrome Metabólico es más costoso, que a sus componentes individuales, tanto para el paciente como para el equipo de salud que lo trate.
Para evitar llegar a esta situación, se enfatiza que es indispensable normalizar el peso corporal, alimentándose correctamente y haciendo ejercicio físico de tres a cinco veces por semana, idealmente todos los días. Es decir, tomar como norma practicar un estilo de vida saludable.
De lo contrario, la persona continuará obesa y diabética con daño arterial en todo el cuerpo, principalmente en el corazón y el cerebro, poniendo en grave riesgo su salud. Puede decirse que es un mal del progreso de las condiciones que llevan a la obesidad, pues no se presenta en países con poblaciones desnutridas o enflaquecidas.
Como Síndrome no necesita presentar todos sus componentes para producir daño, sino al menos, algunos de ellos. Pero la historia natural de las enfermedades vasculares del corazón, cerebrales, de los miembros inferiores, así como de los ojos y los riñones, tiene como denominador común, la presencia de la obesidad complicada con Diabetes Tipo 2, presión arterial alta y elevación de los triglicéridos y el colesterol total, generalmente en descenso del colesterol HDL, conocido como protector, y aumento del colesterol LDL o dañino.
Por otras razones, principalmente genéticas hereditarias, algunas personas en peso normal e incluso delgadas, también pueden presentar estas complicaciones en la salud, pero en ellas no se presentan los síntomas del Síndrome Metabólico.
De la lectura del excelente artículo publicado en el periódico La Nación, se conocen hechos y situaciones muy importantes de la alimentación actual y dado el panorama que presenta de la prevalencia de la obesidad y sobrepeso, es fácil deducir que muchas personas más desarrollarán el Síndrome Metabólico que hoy nos ocupa, lo cual es sumamente grave para la población costarricense.
Le recomiendo ponerle atención al Sindrome Metabólico para prevenirlo, así como también comentarlo con sus familiares y amigos para que también lo hagan.
Deja una respuesta